domingo, 10 de septiembre de 2017

Palmeras salvajes


Viernes 7.17 PM. Los dos amigos gringos llaman desde el norte, donde aún se creen a salvo: William Kennedy, el novelista, y Joe Gagen, el cineasta, los dos desde Albany, ambos con la misma preocupación: cómo anda mi reserva de licores. Es lo único que importa ahora, dicen. Garantizar el Departamento Etílico. Me imagino que el origen es su experiencia de las tormentas de nieve. De las blandas tormentas de nieve.

11.15 PM. Irma comienza a solazarse sobre Cuba. Eso es un indicio de que se alejará de Miami. Va buscando la costa oeste de la península, hacia el Golfo de México. Nosotros estamos en la del este, sobre el Atlántico. Estos meteoros, como todas las criaturas de esa magnitud, tienden al abuso: prefieren las islas y rehúyen la tierra firme. No obstante, Irma se mantiene a distancia de las zonas montañosas. Te fajas con una cordillera cubana y te disuelves. Se contiene en la línea de la costa, sobre un archipiélago de islotes, cuyos únicos exploradores solían ser unos curtidos pescadores de tortuga y Hemingway durante sus patrullajes de la Segunda Guerra Mundial. Mosquitos y mangles, tal su único objeto de destrucción.

Sábado 9.00 AM. Decido echar un vistazo hasta donde pueda llegar en mi coche. La circulación es permisible hasta las 3 de la tarde. No solo licores, también tengo una aceptable reserva de combustible, el tanque hasta el tope. Pero no es precisamente un BRDM —beredem, como le llamábamos a los blindados anfibios que el Ejército Rojo nos suministraba. Un recuerdo inevitable: la cumbre de los No Alineados celebrada en La Habana en septiembre de 1979. Un ciclón con desconcertantes inundaciones costeras se presentó en la capital cubana. El Mariscal Joseph Broz Tito, junto con los otros centenares de dignatarios, debieron ser evacuados de sus residencias oficiales a bordo de las beredem. Yo presencié el espectáculo. El mariscal cargado en vilo por una tripulación criolla para introducirlo en la cabina del blindado.

9.15 AM - 1.34 PM. Termino el recorrido. Una tormenta eléctrica me recibe a la puerta de mi casa. La otra electricidad, la que fluye desde la planta atómica de Turkey Point hasta mi barrio, mantiene su vitalidad. Esto es lo que he visto fuera de las murallas. El mismo escenario de En la playa, la película de anticipación científica de Stanley Kramer. Producida en 1956, vislumbró todas las grandes capitales del mundo después de una guerra que ha hecho desaparecer a la humanidad. Lo terrorífico era que no había destrucción. Las ciudades intactas, pero sin presencia humana. Y una pancarta que parece en la última escena: TODAVÍA ESTAMOS A TIEMPO. Un libro reciente, El mundo sin nosotros, de Alan Weisman, ofrece la misma visión, ahora desde una base científica. Y eso fue lo que vi hoy en el downtown y en Miami Beach hasta donde creí prudente llegar. Ni un alma en las calles que comienzan a ser barridas por la lluvia en caída prácticamente horizontal.

2.01 PM. Aún tengo electricidad. Recuento. La parsimonia de un patrullero de recorrido anunciaba su presencia con el destello de sus balizas lumínicas en el malecón de Miami Beach. ¿El único sobreviviente en la playa, en un mundo sin nosotros? ¿Un policía? Y la imagen recurrente de mis huracanes en Cuba. Las palmas reales sacudidas por las ráfagas de viento, sus penachos proyectándose en dirección contraria al empuje del viento. Pero ellas aguantando, y doblegadas solo hasta cierto punto. En realidad, se agazapan. Apenas el huracán se descuida, ellas se vuelven a erguir. Son las nietas o tataranietas de las primeras palmas reales cubanas llegadas al parque de Hialeah. Juntos con unas crías de flamencos rosados enviadas como regalo por el dictador Gerardo Machado en 1934. Hoy las palmas son un negocio floreciente de algunos avispados comerciantes cubanos que trajeron las semillas y venden sus retoños. Los cubanos exiliados gustan de esas enormes plantas en sus jardines. Poco dados a los rosales. La vida aguanta en esas palmas. Todavía estamos a tiempo.

Publicado en La Repubblica, Roma, el domingo 10 de septiembre de 2017.